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Miembros de la histórica infantería de montaña construyen un hospital de campaña en el norte de Italia, con la ayuda de los equipos de generación de energía de alquiler donados por CGT, el distribuidor Cat® del país.
En una región del norte de Italia especialmente afectada por la pandemia de COVID-19, un hospital de campaña construido por la histórica infantería de montaña italiana —los Alpini— lleva atendiendo a enfermos desde su apertura el 6 de abril en un ala que se encontraba vacía de un centro de convenciones en la provincia de Bérgamo.
La región de Lombardía, enclavada en las estribaciones de los Alpes en el norte de Italia, ha sido la zona más afectada por la pandemia mundial en Italia, con más de 62 000 casos confirmados (frente a los 165 000 en toda Italia) y 11 500 muertes por el virus (frente a las 21 600 en todo el país).
La provincia de Bérgamo ha registrado más de 10 472 casos confirmados del nuevo coronavirus y más de 2780 muertes atribuidas al mismo, aunque las autoridades temen que la cifra real pueda ser mucho mayor.
Con los hospitales sometidos a una gran presión generada por la oleada de casos, fue necesario construir dos nuevos hospitales de campaña para tratar solo a los pacientes afectados por la COVID-19, uno en Milán y otro en Bérgamo.
La construcción del hospital de campaña de Bérgamo estuvo comandada por los Alpini, un histórico cuerpo militar de montaña fundado en 1872 para proteger la frontera de Italia con Francia y Austria-Hungría. La unidad especializada forma parte del cuerpo de infantería del ejército y se distinguió en combate durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
En la actualidad, los Alpini son más conocidos por su labor de voluntariado en catástrofes. Sus emblemáticos sombreros con plumas son un elemento imprescindible en los lugares de Italia en los que es necesaria ayuda de emergencia, un país que sufre más catástrofes naturales que ningún otro de Europa. Siempre que haya un terremoto o una inundación, los Alpini estarán presentes a través de su asociación de veteranos.
«Por eso, cuando la sección local de la Asociación Nacional de los Alpini solicitó que 12 constructores más se unieran a su grupo de unos 100 voluntarios, más de 200 respondieron para donar parte de su tiempo y sus materiales», concluye Sergio Rizzini, director general de la división de hospitales de campaña de la Asociación Nacional de Alpini.
Ataviados con el emblemático sombrero verde puntiagudo con plumas negras, unos 300 voluntarios entre miembros actuales, antiguos y de la reserva de infantería de los Alpini se encargaron de construir un hospital de 144 camas en siete días. «Los voluntarios, que llevaban brazaletes de cuero con las palabras “Mola mia” (“Nunca te rindas”), trabajaron durante un total de 16 000 horas para terminar el hospital», confirma Rizzini.
El distribuidor italiano de Cat, CGT S.p.A., prestó su apoyo al hospital de campaña, donando cinco grupos electrógenos de alquiler –tres modelos XQE250 y dos XQP275– junto con los cables y equipos auxiliares necesarios para conectar los grupos electrógenos. Según asegura Matteo Cattagni, director de alquiler de energía de CGT, los grupos electrógenos móviles Cat proporcionarán suministro eléctrico de reserva en caso de que se produzcan cortes en la red eléctrica.
«Debido al estricto confinamiento al que se sometió a Italia, hubo que recibir la autorización de las autoridades locales para trasladar los equipos a las instalaciones», asegura Cattagni.
«Esto supuso tener que poner a más gente a trabajar todo el día solo para organizar el transporte, algo que normalmente se hace con una llamada telefónica —comenta Cattagni—. Ahora hay que enviar correos electrónicos y esperar respuesta. Así que todo ha sido más difícil y lleva más tiempo, pero estas son las condiciones en las que debemos trabajar hasta que el virus desaparezca».
Consciente de la gravedad de la situación, CGT se mostró encantado de facilitar al hospital de campaña los equipos y el servicio de soporte de los productos de forma totalmente gratuita.
«Aportar soluciones nos dio mucha energía a todas las personas que formamos parte de CGT —confirma Cattagni—. Somos una empresa con ánimo de lucro, pero es importante ayudar a los demás en momentos tan difíciles».
«CGT se fundó en 1934 y siempre ha estado muy apegada al territorio en el que trabaja junto con sus clientes», afirma Cattagni.
«Por eso, ayudar en el nuevo hospital de campaña de Bérgamo fue para nosotros una oportunidad de demostrar este apego, además de todo un honor», asegura.
Michele Tresoldi, director administrativo de la división de energía de CGT, también es miembro de los Alpini. En una entrevista por teleconferencia, se sienta al lado de Rizzini, ambos con los característicos sombreros de los Alpini.
«Los Alpini tienen una larga trayectoria de servicio en nuestro país y siempre ayudan en momentos de crisis —cuenta Tresoldi—. Poder arrimar el hombro y aportar nuestro granito de arena como distribuidor Cat para facilitar el equipo y el soporte necesarios es algo que nos enorgullece enormemente».